Adquisición de Conceptos
Las teorías del aprendizaje
tratan de explicar cómo se constituyen los significados y como se aprenden los
nuevos conceptos
.
Un concepto puede ser definido
buscando el sentido y la referencia, ya sea desde arriba, en función de la
intensión del concepto, del lugar que el objeto ocupa en la red conceptual que
el individuo posee; o desde abajo, haciendo alusión a sus atributos. Los
conceptos nos sirven para limitar el aprendizaje, reduciendo la complejidad del
entorno; nos sirven para identificar objetos, para ordenar y clasificar la
realidad, nos permiten predecir lo que va a ocurrir.
Hasta hace poco, los
psicólogos suponían, siguiendo a Mill y a otros filósofos empiristas, que las
personas adquirimos conceptos mediante un proceso de abstracción (teoría
indicativita) que suprime los detalles idiosincráticos que difieren de un
ejemplo a otro, y que deja sólo lo que se mantiene común a todos ellos. Este
concepto, llamado prototipo, está bien definido y bien delimitado y tiene sus
referentes en cada uno de sus atributos En consecuencia, la mayoría de los
experimentos han utilizado una técnica en la cual los sujetos tienen que
descubrir el elemento común que subyace a un concepto.
Los conceptos cotidianos, en
cambio, no consisten en la conjunción o disyunción de características, sino más
bien en relaciones entre ellas. Otro aspecto de los conceptos de la vida diaria
es que sus ejemplos puede que no tengan un elemento común. Wittgenstein en sus
investigaciones filosóficas: sostuvo que los conceptos dependen, no de los
elementos comunes, sino de redes de similitudes que son como las semejanzas
entre los miembros de una familia.
Los conceptos cotidianos no
son entidades aisladas e independientes, están relacionados unos con otros. Sus
límites están establecidos, en parte, por la taxonomía en que aparecen. Las
relaciones más claras son las jerarquías generadas mediante la inclusión de un
concepto dentro de otro.
Existen dos vías formadoras de
conceptos: mediante el desarrollo de la asociación (empirista) y mediante la
reconstrucción (corriente europea).
Para la corriente
asociacionista no hay nada en el intelecto que no haya pasado por los sentidos.
Todos los estímulos son neutros. Los organismos son todos equivalentes. El
aprendizaje se realiza a través del proceso recompensa-castigo (teoría del
conductismo: se apoya en la psicología fisiológica de Pavlov). Es
antimentalista. El recorte del objeto está dado por la conducta, por lo
observable. El sujeto es pasivo y responde a las complejidades del medio.
Para las corrientes europeas,
que están basadas en la acción y que tienen uno de sus apoyos en la teoría
psicogenética de Piaget, el sujeto es activo. Los conceptos no se aprenden sino
que se reconstruyen y se van internalizando. Lo importante es lo contextual, no
lo social.
Las corrientes del
procesamiento de la información tienen algo de ambas. El sujeto no es pasivo.
Aparece un nuevo recorte del objeto: la mente y sus representaciones. Las
representaciones guían la acción. Los estados mentales tienen intencionalidad.
El programa, que tiene en su núcleo la metáfora del ordenador, es mentalista;
privilegia la memoria.
http://www.monografias.com/trabajos5/teap/teap.shtml
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